Todos sabemos que «zócalo» y «rodapié» son lo mismo. Dependiendo de la persona, se le llama de una forma u otra. Hay que reconocer que es una de las soluciones más prácticas para proteger la parte inferior de las paredes de golpes, fregado y desgastes cotidianos. En los años 90 tuvo su mayor apogeo y, poco a poco, el estilo minimalista lo fue dejando de lado.
Lo que antes era un elemento imprescindible, hoy es fácilmente sustituible, gracias a las pinturas de alta calidad que soportan bien tanto los golpes como la limpieza con fregona.

Con la llegada del minimalismo, el uso del rodapié o zócalo empezó a decrecer. Este estilo no lo valoraba a nivel decorativo, y otras corrientes también prefieren eliminarlo o sustituir los antiguos de mármol o cerámica por listones lacados.
¿Qué tipos de rodapié o zócalo existen?
Aquí van algunos de los materiales más utilizados:

Rodapié cerámico: Es el más habitual en viviendas que no han sido reformadas desde los años 90, y aún aparece en algunas de obra nueva. Normalmente va a juego con el suelo cerámico y respeta las juntas de dilatación en los mismos puntos.

Rodapié de mármol: Muy presente en estilos clásicos. Es un material noble, duradero y visualmente elegante. Se suele utilizar en viviendas de corte más tradicional.

Listones lacados (de madera o PVC): Suelen tener unos 4 o 5 cm de altura. Pueden colocarse antes o después del suelo, dependiendo del instalador y del tipo de listón. Son muy comunes por su acabado limpio y moderno.

Recubrir el actual de mortero: Este sistema es utilizado cuando se instalan un suelo continuo, donde se cubre el zócalo o rodapié con el mismo material
Cuando se instala un suelo continuo —como mortero pulido, microcemento o resinas— también cambia la forma de tratar el rodapié. En estos casos se busca una transición suave entre el suelo y la pared.
¿Y si cambiamos a un suelo continuo? que hacemos con el rodapié o zócalo.
Cuando se instala un suelo continuo —como mortero pulido, microcemento o resinas— también cambia la forma de tratar el rodapié. En estos casos se busca una transición suave entre el suelo y la pared.
A veces se remata con un pequeño zócalo del mismo material, colocado incluso por encima del anterior sin retirarlo. En otras ocasiones, se prescinde completamente de él, consiguiendo un acabado limpio, continuo y minimalista. El resultado aporta una sensación de modernidad, amplitud y fluidez en el espacio.
Opiniones del redeactor sobre el Zócalo o Rodapié
Particularmente no nos gustan los rodapié, consideramos que es algo antiguo y obsoleto. A dia de hoy existen pintura que soportan perfectamente el que no haya nada instalado. Consideramos que un ángulo de 90 grados suelo pared sin nada es la mejor opción y mas económica. Menos es mas.